viernes, 16 de enero de 2009

CRISIS = CAMBIO

En algún lugar del mundo, había un anciano judío que laboraba como velador en cierta empresa. A cierta hora de la mañana, llegaba un joven que lo reemplazaba en la guardianía en el turno diurno. El viejito lo esperaba con parte de su lonchera que entregaba a su reemplazo antes de salir. Un día, durante el cambio de turno, el viejo se sorprendió al ver cómo abruptamente el reemplazante tiraba, con ira, la comida al suelo; ¡ Estoy cansado de comer cada día lo mismo, ya estoy harto de todo ésto!, le dijo... El velador, sin inmutarse y con serena paciencia, le dijo: "Hijo, tu reacción es exagerada para el hecho, sin duda que los percances acumulados te han llevado a una crisis que busca cualquier pretexto para reventar. Cuando yo era joven, los alemanes me encerraron en un ghetto en donde estuve prisionero con mis paisanos. Allí veía diariamente cuando sacaban a mis amigos para morir calcinados en los crematorios. Al poco tiempo le tocó a mi padre, después a mi madre... yo miraba impotente y paralizado de terror lo que sucedía... pero no podía hacer nada... Eso era en realidad un problema sin solución para mí. Un verdadero problema puede o no tener solución, por positiva o negativa que ésta sea; por lo menos tienes una respuesta..."


Los problemas y los percances, cuando no se afrontan, se van acumulando en el subconsciente hasta el punto en que nos vamos complicando y presionando sin ver claramente de qué se trata específicamente; hasta el punto de terminar con una mixtura informe que no podemos definir, pero que nos va minando cada día. Volviendo líneas atrás, el anciano le explicaba al joven la diferencia entre un percance y un problema. El joven le explica entonces ciertas cosas en las relaciones con su esposa que lo tenían muy tenso. Luego de escuchar, el velador le manifiesta que lo que pasaba es que se estaba ahogando en un vaso de agua; que claramente una serie de cosas insignificantes lo habían llevado a una crisis, que, dependiendo del grado de madurez y el estado de ánimo que conserva una persona; los percances que agobian a ésta, podrían no ser nada para otra persona.


En la filosofía china existe una máxima que reza: " CRISIS IGUAL CAMBIO", y esta sencilla "ecuación literaria" tiene un profundo sentido en nuestra vida. Hay cosas, como la muerte, que no tienen remedio... eso es un problema. Pero hay problemas que nos ponen "cabezones" cuando no encontramos la solución... entonces nos resignamos ante este hecho... sin embargo con el tiempo nos damos cuenta que la insolubilidad de aquel problema tuvo en realidad un sentido positivo que solo podemos percibir con el paso de los días o los años. Cuando en nuestras oraciones pedimos fervientemente por algo y no se nos concede, generalmente nos sentimos traicionados... para después ver la verdad. La biblia dice al respecto que Dios no siempre nos concede lo que le clamamos... pues no siempre nos conviene lo que pedimos...


"CRISIS IGUAL CAMBIO", proverbio que nos induce a pensar que todo percance tiene una salida cuando meditamos con calma sin aturdirnos. Estamos acostumbrados a las rutinas, en nuestra vida usamos ciertas "puertas" por donde entramos y salimos cada día. Pero en cierta ocasión, éstas se cierran y nos mareamos, nos atolondramos; damos vueltas en torno a ellas y porfiamos sin buscar "otras puertas"... y nos quedamos impotentes allí renegando y mascullando nuestros pesares. Pero mediante la serenidad y la ecuanimidad iremos descubriendo "nuevas puertas" que por el tedio y el trajín fácil y monótono; no fuimos capaces de ubicar. Recuerdo que durante el apogeo de las salas de cine, cuando llegábamos un poco tarde a ver una película, entrábamos a dicha sala y caminábamos a tientas... de pronto ubicábamos un asiento en medio de una fila...nos dirigíamos hacia él pisando zapatos y un montón de callos. En cambio, si nos demorábamos prudentemente en el inicio de la sala, nuestra visión se iba aclarando y nos ubicábamos decentemente, sin atropellar a nadie. Vemos pues que ante una crisis, es mejor actuar prudentemente, tomándonos el tiempo necesario para clarificar nuestro camino y encontrar nuevas salidas.



2 comentarios:

FANNY JEM WONG M dijo...

COINCIDO CON MUCHAS DE TUS APRECIACIONES , GRATO LEERTE
BESOS
JEM WONG

Anónimo dijo...

La vida tiene intrincados caminos que no siempre comprendemos pero debemos recorrer, pues al final de todo hay un propósito divino, superior a nuestro entendimiento.
Gracias por compartirlo.