LOS OJOS DEL ALMA

(NOTA.-Estimados amigos y lectores, al querer configurar la forma del texto, que de algún modo se había alterado, sin querer borré la primera parte del presente artículo al tratar de usar el Microsoft Office Word. Debo reconocer que mi entusiasmo no va al compás de mis limitaciones en lo que respecta al manejo de la computadora.)

Como les decía, un grupo de personas sencillas procedentes de una estirpe judía, que tras generaciones vivió bajo la Ley de Moisés ("Ojo por ojo, diente por diente"); empezaron a seguir a Jesús inflamados por la doctrina de amor, perdón y salvación que pregonaba. Estas ideas novísimas calaron hondo en estas personas que dejaron todo por seguirlo. En el camino se iban maravillando aún más con los milagros que él realizaba hasta el extremo de resucitar muertos. Todo ésto hacía que, ante sus ojos, el Maestro apareciera como un portento de poder capaz de liderar un movimiento de liberación conducido por Barrabás y al mismo que pertenecía Judas Iscariote. Este mismo seguidor lo entregó con la esperanza de ver cómo el Cordero, a última hora, haría despliegue de sus dones extraordinarios y así se convertiría en el verdugo de los romanos.

Les contaba que estos pupilos, tan estrechamente cercanos, tan habituados a la presencia de un ser extraordinario; empezaron a ver a Jesús más en el plano humano que divino, en aquellas mentes donde, de algún modo; permanecía la Ley de Moisés, no podían procesarse los mensajes de su guía de modo que cuando escuchaban cosas como la crucifixión, muerte y resurrección del Hijo de Dios simplemente les entraba por un oído y les salía por el otro. La estrecha cercanía y lo cotidiano de cada día iba situando a Jesús en un plano tan terrenal que, en el fondo, ya no existía el asombro ni el interés inicial con que percibían al Maestro de modo que cuando llegó el día en que sería entregado y posteriormente sacrificado en la cruz, mientras Jesús transpirando sangre y con alguna esperanza pedía: "Padre, si quieres, aparta de mi este cáliz... más no se haga mi voluntad sino la tuya"... los pupilos, que de algún modo carecían del interés inicial y habían sido reprendidos por su Guía al ser sorprendidos durmiendo ... seguían en lo mismo... les importaba un pepino ya lo que pudiera decir el Señor... A estas alturas, solo lo miraban con los ojos de su cuerpo... ya no era como al inicio en que lo veían con los ojos del alma.

Por último, el día de la crucifixión, hasta lo negaron (como Pedro), y se refugiaron en una casa, temblorosos y llenos de miedo. Y como vemos aún en la actualidad, quienes estuvieron cerca del Cordero en aquellos instantes de dolor y desesperación fueron las mujeres : La madre de Jesús y las otras Marías... pero también un hombre como el apóstol Juan... ellos evidentemente percibían los hechos con los ojos del alma.

LA FUERZA DE LA COSTUMBRE

Con qué algarabía recibimos en casa algo nuevo. Recuerdo cuando recién compramos el auto, cada cinco minutos había que salir a mirarlo cuando lo estacionábamos momentáneamente en la calle, siempre se le lavaba y simonizaba... qué agradable era verlo reluciente... pero el tiempo pasaba... Después a nadie le importaba cuánto polvo tenía ni cuántas horas podía estar botado en la calle.

En la época en que recién salieron los VHS, con esposa e hijos nos dirigimos a Lima, pues un amigo que trabajaba en el Aeropuerto Internacional nos había separado uno. Ya en casa, cómo lo disfrutábamos, cómo lo cubríamos con una funda, le pasábamos un cepillo para desempolvarlo, en fin... poco a poco se fue perdiendo el interés hasta que ya nadie le tomaba interés... peor cuando llegó el DVD.

El día que contratamos una empleada, si ella es buena y eficiente se le considera y a medida que se le ve otras virtudes, ésta, se vuelve indispensable hasta el extremo de brindársele un trato familiar ante el temor de que nos abandone. Pero pasan los días y nuestra colaboradora se va disforzando hasta que empieza a ponerse malcriada y disforzada... lo que era consideración y buen trato para que no se sienta relegada y discriminada, se vuelve, para esta persona, una obligación que se va agrandando con el transcurso de los meses y semanas. Es evidente que la rutina y el compartir la intimidad, alteró la brújula de esta persona, su mente se distorsionó en en el contexto rutinario del hogar.

Podemos abundar en más ejemplos, pero solo les diré que todo ello sucede entre esposos, familiares, amigos, socios, etc. Perdemos la sensibilidad de lo que en un momento dado representan las personas o las cosas en nuestra vida, usamos nuestra mente y nuestra vista solo para ver todo en un plano méramente físico.

NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE

Cuando dos personas se casan o simplemente se unen para convivir, no solo es la ilusión y la pasión lo que los junta, pues siendo asi; dicha relación sería efímera. Si dos seres,voluntariamente, se relacionaron seriamente para compartir su vida y afrontar todas las vicisitudes que ello implica; de alguna manera cada uno tuvo que ver en el otro cosas valiosas y muy relevantes como para formar un hogar y perpetuar su especie. Por supuesto, hablo de individuos que se tomaron el tiempo necesario para dar un paso tan importante. La cuestión es que solo tenemos en cuenta el amor, la pasión, la fidelidad, la responsabilidad, etc.; pero nadie se toma el trabajo de afrontar las situaciones que derivan de lo cotidiano, de lo rutinario, de lo tedioso. Y no es que no nos demos cuenta cuando el amor y la pasión van decayendo con el que hacer diario, la cosa es que, a pesar de que lo hacemos; no nos tomamos el trabajo de afrontar el hecho. Imbuídos del diario quehacer, subconcientemente nos justificamos y vamos dejando que la relación vaya enfriándose... ya no importan las maravillas y virtudes que inicialmente vimos en nuestra pareja... Como un vaso de cerveza recién servido y con una blonda espuma, esta va desapareciendo a medida que se pierde la efervescencia: hasta que solo queda un líquido amarillento e inerte.

Podemos compartir nuestro destino con la persona más extraordinaria del mundo, pero la proximidad e intimidad en medio de la cotidianeidad y sin fungir de jardineros que deben regar, en lo posible, la plantita del amor; ésta irá muriendo irremediablemente... lo peor de todo es que en el fondo de nuestro ser lo sabemos y muchas veces no nos importa...Pero como dicen: "No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague"... Un día uno de los integrantes tiene que partir hacia lo inexorable... aunque hayamos valorado a nuestro ser querido... nos damos cuenta de que fue inmensamente más grande de lo que pensamos... de que nuestra miopía no solo era física sino también psíquica... más grave es el caso de los que, en realidad tienen ciegos los ojos del espíritu.

Valoremos a nuestra pareja, a esa que teniendo otras posibilidades optó por nosotros. Si somos concientes del veneno de la rutina, prediquemos con el ejemplo, con la acción; más que con las palabras. Pensemos que no hay mejor forma de motivar a otra persona que con nuestra propia iniciativa... Como dicen: "Una personalidad despierta al contacto de otra". Si los apóstoles, conviviendo al lado de Jesús, terminaron subestimándolo; con mayor razón sucederá esta pérdida de perspectiva entre nosotros, simples seres... la diferencia está en que una pareja (al menos una normal), se compone de hombre y mujer... quizá de alli la química entre Jesús y María de Magdala que, sin tener muy en cuenta lo que pregona National Geographic, llegó a ser una de los apóstoles más relevantes... en ese tiempo de super ultra machismo... pues aparte de la pasión que pudo o no haber entre ellos... solo quien percibe trascendentamente a una persona, es capaz de seguirlo más allá de su muerte.

Los apóstoles se situaron nuevamente en el plano espiritual, con respecto a su Maestro, cuando éste ya no habitaba materialmente el mundo. Este despertar y ver realmente con los ojos del alma hizo que siguieran predicando a través del tiempo sin importarles que acabaran siendo asesinados por el poder romano.

Es decir, ya sea en el caso de los seguidores del Señor, o de nosotros comunes y mortales seres humanos; se cumple aquel dicho que reza: "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". YSL.