LA MENOPAUSIA
UN PROBLEMA FISIOLÓGICO QUE TERMINA
SIENDO PSÍQUICO
No hace mucho tiempo cuando el hombre, con su acostumbrado tinte machista y soberbio, situaba a la mujer dentro del mal llamado grupo del "Sexo Débil"; no era consciente que era él en realidad el verdadero integrante de aquel rubro.

En los estratos de situación económica crítica, principalmente, el "macho"; aún "convencido" de ésto, permanece echado con una panza descomunal que le brilla de turgente cuando no está dilapidando en alcohol los pocos centavos que consigue. La mujer, sin embargo, después de trabajar como una bestia, llega a casa para atender al esposo, a los hijos y realizar el trabajo de casa. Esta mujer, comúnmente desnutrida, por lo general; tiene una paupérrima alimentación que no asegura una buena calidad de la leche con la que debe amamantar a sus hijos que están lactando. La sabia naturaleza permite que esa leche tenga suficiente calcio y esto es posible a costa de la descalcificación de sus propios huesos. La desdentación, por lo tanto, es uno de los síntomas de ése fenómeno. También es frecuente ver a estas madres dando de mamar a sus bebés, en medio del frío con unos miserables trapitos que apenas cubren su cuerpo. Además ellas deben aguantar los constantes maltratos y abusos de aquellos "sementales" ignorantes que tienen por pareja. Ellas soportan todo esto con un estoicismo bárbaro, propio del género femenino. Sé que en todos los estratos se "cuecen habas", pero escogí esta clase por ser un sector donde el índice machista es más evidente.

Cuando una niña se va convirtiendo en mujer, el fenómeno evidente de este paso se denomina la "Menarquia", es decir, el inicio de la menstruación. Cuando una fémina va avanzando en edad llega a estadíos donde se produce una alteración en la presentación, duración y frecuencia de estos ciclos. Los primeros síntomas de este fenómeno se denominan "Pre-menopausia", para llegar después a la "Menopausia" plena en donde ya no hay ovulación y, por lo tanto, cesa definitivamente la menstruación.

Siendo la mujer poseedora de un stock muy complejo de hormonas (estrógeno, luteína, prolactina, etc.,etc., etc.), se convierte en un ser físicamente preparado para la adversidad del medio en que se desenvuelve, es decir, está dotada de poderosas sustancias químicas para hacerla capaz de afrontar su rol de mamá en las condiciones más difíciles y extremas. La presencia de éstos complejos químicos hacen, definitivamente, de la dama; un ser portentosamente más fuerte y preparado que el hombre.

Cuando una mujer va siendo abandonada por las hormonas, se convierte en un ser inerme. Sus defensas van decayendo y los "achaques" empiezan a presentarse bajo muchas formas: pueden verse afectados los riñones, la vista, el páncreas, el hígado, la presión sanguínea; la concentración de calcio a nivel de huesos va decayendo, se presentan alteraciones celulares en los tejidos de diversos órganos, etc., etc., etc. Aparecen entonces enfermedades como la insuficiencia renal, glaucoma, cirrosis, derrame cerebral, osteoporosis, diabetes, cáncer, etc. Pero en el fondo de todo esto, la psiquis de la persona empieza a minarse desembocando en casos de aguda depresión y en secuelas de crisis nerviosas que muchas veces desembocan en casos graves de alienación mental.

En alguna ocasión, me encontraba haciendo cierto trabajo y tenía sintonizada una conocida radio que transmite a nivel nacional. Estaba escuchando un programa del Dr. Eduardo Guevara Figari quien auspiciaba un panel de reconocidos Geriatras entre quienes había, me parece, un extranjero. Los médicos, cada uno a su turno, explicaba la sintomatología en sus diversos grados. Luego en la parte de la atención a las llamadas telefónicas, entró la de una señora que muy angustiada reconocía los síntomas que habían descrito los doctores: "Me pasa todo lo que Uds. explican", dijo, "Estoy refundida en mi cuarto y cuando alguien entra a verme o a consolarme, lloro. Cuando me quieren llevar a pasar consulta, no deseo ir; cuando quieren llevarme a pasear, no puedo salir. No tengo ánimo de nada, mi mente solo tiene pensamientos negativos; es como si una nube negra se hubiera instalado allí. Solo tengo malos presentimientos y a menudo pienso en que voy a morir..."
A medida que transcurría el programa, entraron otras llamadas de consulta, hasta que me llamó la atención el tono político, enérgico y decidido de una señora que dijo: " Señores médicos, por favor, quiero que me escuchen todas las mujeres del Perú...Les habla una persona que estuvo en las mismas condiciones de la señora que acaba de llamar. Un día, contra mi voluntad, me llevaron a un especialista. Me auscultaron y luego recetaron un tratamiento de sustitución hormonal, después de interrogarme sobre antecedentes de cáncer en la línea directa (mis padres, sobre todo mi madre). Me recetaron luego un Tratamiento de Sustitución Hormonal. Quiero que me escuchen todas las mujeres que sufren esta enfermedad. Desde el primer tratamiento sentí mejoría. Al poco tiempo me parecía mentira recordar que era yo la que estaba acorralada por mi propia enfermedad. Miraba cada rincón de la casa, en donde me refugiaba llena de temor, como si allí hubiera estado una persona extraña que no era yo. Puedo decir sin temor de que he sentido que ha vuelto a salir el sol en mi vida...."

Estimadas amigas que pasan por estos momentos, tomen la decisión de enfrentar el problema. Es cierto que el tratamiento a base de estrógenos conlleva el riesgo de la formación de carcinomas, pero para eso está la labor de control minucioso del Ginecólogo de confianza. Por otro lado cuando no hay antecedentes de cáncer en la familia, el riesgo es mínimo. Es mejor atacar, con decisión, la dolencia que abandonarse de antemano y morir a pausas sin pena ni gloria.

Por último, no hay peor sufrimiento en una enfermedad, o en cualquier situación álgida, que olvidarse de Dios.