sábado, 8 de noviembre de 2008

UNA INMENSA FUERZA ESPIRITUAL

Cuando nació nuestro primer hijo, ella dejó de estudiar (Farmacia y Bioquímica), pero cuando ya el niño creció, la ayudé a retomar los estudios y también a cuidar al heredero. En aquel tiempo no existía el "menú", así que... a cocinar se ha dicho!, pero eso realmente no fue problema para mí pues viendo cocinar a mi padre (de origen chino), para mí era natural (no tan usual en aquel tiempo) "entrarle" a la sartén… y de hecho... esta habilidad me valió para capear las cosas en aquel tiempo pues a veces ella se hacía cargo de la cocina y yo tenía que atender pedidos y hacer compras... esto determinó que ella se pusiera tensa, ella no lo daba casi a notar, pero yo lo percibía, de modo que traté de mejorar más la calidad de los potajes en el lugar más neurálgico del hogar: la cocina. Ese lugar, era para ella un reto: no le gustaba cocinar pero lo hacía. Yo entraba a la cocina, a propósito, cuando la notaba fatigada; y preparaba algo que sabía le encantaba...tenía buen paladar y degustaba con mucho apetito cada potaje... esto lógicamente la relajaba. Así transcurrió el tiempo para ella, entre los estudios de una fuerte carrera y el hogar, cuando nació nuestro segundo hijo (yo ya había terminado los estudios cuando nació el primero) aumentó el trajín como madre para ella. Por mi parte sabía cómo era una carrera de ciencias... por eso valoraba pasmado cuando ella luchaba para terminar hasta que hizo su tesis... yo solo la ayudé en la "introducción" y en el tipeo.
Jamás olvidaré cómo dividía el tiempo para los trabajos y exámenes (a pesar de mi ayuda y apoyo), para amar y educar a sus hijos y dedicarse a su hogar tarea a la que jamás renunció...Solo el que conoce lo fuerte y exigente que es esa carrera (al menos en aquel tiempo), entenderá las agallas que hay que tener para ser mamá y estudiar algo así sin descuidar a sus hijos...esto fue, para mi, una de las ventanas por las que fui percibiendo con asombro que lo que aprecié los primeros años solo era una muestra de su terrible fuerza espiritual...

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